NO hagas esperar a tu bebé

¡Menuda época estamos viviendo!

¿No crees? Es cierto que si analizamos cada época, según el país y la cultura, los conflictos armados, las desigualdades sociales, etc, siempre vamos a encontrar dos versiones: una catastrofista y una optimista, según los datos y estadísticas que analicemos. Pero no solo eso, es que los cambios evolutivos en nuestra especie son fascinantes, los cambios desde la revolución cognitiva hace 70000…

Yo soy una enamorada del paleolítico, del s.XVIII y de los años 20,30,40,50 y 60 del s.XX, sí, sí!!!! En retrospectiva todo parece mejor, la música, la moda, los coches, las luchas sociales, los derechos y cambios sociales… Pero, hey hey, el post no va de esto, NOOOOO. Hoy quería hablaros de PORQUÉ CARAJO UN BEBÉ DEBE ESPERAR LA TETA.

¿Cómo?? Sí, espera, déjame empezar de nuevo.

Compramos de forma compulsiva a golpe de click y esperamos, ¡qué digo! exigimos entrega al día siguiente y sino bombardeamos a mensajes para conseguir el santo número de envío.

Enviamos un mensaje (bendita mensajería instantánea) y esperamos, ¡qué digo! creemos que debe ser contestado de forma correcta, informativa y detallada (y gratuita) ipso facto.

Sobreinformación diaria en las redes, internet repleto de artículos, videos, copypaste, bulos… nuestro mundo HOY. Vivimos dentro de las pantallas, apenas rozamos ya a las personas, ni miramos a los ojos (nuestras pupilas son propiedad de android) y ya no sabemos que tacto tiene la corteza del árbol de abajo de casa.

No esperamos, no sentimos, no empatizamos, no escuchamos.

Todo para ya. Todo urgente y a nuestra manera. 

Consumimos, compramos, plagiamos, reclamamos, demandamos, gritamos y enjuiciamos desde la seguridad de la mampara del smartphone. Es muy barato y sencillo criticar, insultar y tergiversar con un tweet.

El mundo adulto libre, liberado, liberal y lleno de derechos. La maternidad, la crianza, también.

Espera, rebobina. La maternidad y la crianza son libres, hoy??? cuándo??? desde cuándo??? Desde la era de las cazadoras-recolectoras que venimos jodiendo el proceso de parto, interviniendo en la lactancia temprana (tabúes sobre el calostro), llevando la culpa cristina de la mujer a la madre y de la madre a la mujer, dañando la anatomía femenina, mutilando nuestros cuerpos.

Choque biología evolutiva – cultura, ¡BOOM!

En cada sociedad hay unos dictámenes entorno a la crianza que se asumen como dogmas y no se cuestionan, de ahí vienen los famosos:

«Déjale llorar que se le ensanchen los pulmones»

«Usa la teta de chupete»

«Esto es vicio»

«Ya aprenderá, déjale»

«Con biberón se crían igual, a mí me lo dieron y estoy sano»

«La letra con sangre entra»

«Tiene que aprender a dormir sola»

«Si lo coges en brazos lo malacostumbras»

y un largo etcétera que ya conoces, porque estás dentro, alrededor, inundada, inmersa en estas ideas, formas de crianza.

NOOOOOOO.

Las criaturas son pura fisiología y mundo emocional.

Se comunican mediante gestos, ruiditos y movimientos, y sino, pues el último recurso a usar para que el adulto se entere: LLORAR.

¿Por qué? Porque en cunas, carros, minicunas, hamacas, parques, tacatacas, no hay comunicación física mamá-bebé (adulto-bebé), ni visual, ni olfativa, ni hormonal.

Mamá-bebé viven en una fusión neurofisiológica cuando se mantienen en contacto próximo, lactancia, colecho, porteo, miradas, CUERPO A CUERPO, las células de la piel, los nervios, el olfato reciben y analizan señales sobre el estado físico-psíquico del bebé.

No te separes de tu criatura, métela en la cama contigo, haz piel con piel, da horas y horas de teta, portea meses y meses, acúnale en tu cuerpo, porque la base de la autoestima, la seguridad personal, el amor propio y hacia el mundo se aprende en brazos de mamá…

No le hagas esperar la teta, su sensación de hambre es pura fisiología, como cuando tú sientes el estómago vacío y duele. Y la teta calma el estrés, los retortijones de tripa, los pedos cruzados, los sustos, alivia la salida de lo dientes.

No le dejes llorar, pues los ruidos, las luces, el mundo, TODO, es extraño para tu bebé, es raro, huele diferente al mundo que conoce, el útero-cuerpo de mamá.

En maternidad y crianza todo tiene fecha de caducidad, lo que no vives y disfrutas en cada etapa jamás regresa, porque querida, los hijos y las hijas CRECEN, tienen esa manía, crecer. Y un día harán su vida sin ti. Aprovecha ahora aunque el cuerpo esté cansado, aunque las noches sin dormir sean una mierda, aunque el pezón ya arda, aunque el pelo grasiento y las orejas te hagan creer que estás demacrada, créeme, esta etapa nunca la volverás a vivir con tu bebé.

Gemma Guillamón, 

Porteóloga, doula y activista materna.

Talleres y asesorías en maternidad consciente y porteo @porteonatural

Formaciones para profesionales en @ciepporteo

 

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