CALAMBRES DURANTE EL EMBARAZO

Los calambres en las piernas y en los pies durante el embarazo suelen ser una molestia muy frecuente en la mayoría de mujeres, sobretodo a partir del segundo trimestre, pero pueden darse antes y mantenerse hasta el final de la gestación.

Estos molestos espasmos musculares en las pantorrillas no son intensamente dolorosos, aunque sobretodo son muy, muy molestos, aumentando su frecuencia e intensidad por las noches, extremadamente irritantes cuando impiden coger bien el sueño o incluso pueden provocar despertares nocturnos.

Hay varias teorías sobre qué los provoca, y sobre qué puede hacerse al respecto para mitigarlos.

Los calambres en las piernas pueden ser provocados por:

Factores hormonales como el aumento de la progesterona o los estrógenos durante el embarazo

El aumento general de peso, así como mayor presión uterina

Peor irrigación sanguínea en las piernas

Mala alimentación o carencias de minerales

¿Qué podemos hacer para reducir o mitigar los calambres?

Masajes con cepillo (cerdas) y chorros de agua fría antes de salir de la ducha

Caminar con frecuencia y realizar deporte cada semana

Alimentación rica y variada en verduras (bastantes) y proteínas (vegetales y animales, como tofu, alubias, carne, pescado, huevos), incluir lácteos (leche – además es una gran aliada con los ardores estomacales, yogures, quesos pasteurizados) y cereales integrales (pan, pasta o arroz pero sobretodo que el grano sea integral)

Aumentar la ingesta de magnesio, en forma de suplemento o a través de alimentos como la leche, las almendras o el agua mineral (con un contenido igual o superior a 50mg/l)

 

Debemos prestar especial atención al cuidado de nuestras piernas y pies durante la gestación, no solamente para reducir los molestos calambres, sino también para favorecer el riego sanguíneo así como evitar hinchazones, varices y otras dolencias.

Tipos de cuidados y mimos que podemos regalar a nuestras piernas

Evitar duchas con agua muy caliente y/o por largos períodos, pues no favorecen la circulación de la sangre, reducen mucho la presión arterial y provocan más varices. Así que mejor tomar duchas en lugar de baños, y controlar la temperatura del agua. Terminar ofreciendo unos minutos de agua fría en los pies y parte baja de las piernas, verás cuántooo lo agradecen.

Podemos darnos masajes con aceite de caléndula (para la piel) o de árnica (dolores musculares), de coco para hidratar mucho la piel (es un aceite nutritivo, regenerativo e hidratante natural fantástico), incluso podemos agregar un gotas de aceite esencial de lavanda, menta bergamota o limoncillo al aceite de coco (para los calambres y para relajarnos).

Exfoliar, hidratar y masajear los pies un par de veces por semana, pues sostienen nuestro cuerpo y todo el peso, fuerza y presión se ejerce sobre ellos, se merecen unos mimos, verdad?

Los calambres en las piernas así como otras molestias durante el embarazo son de lo más habitual, pero no tienen por qué fastidiarnos, como véis hay cositas que podemos hacer.

Hay estudios que demuestran que un aumento en la ingesta de magnesio mejora notablemente la reducción de los calambres, pero también una buena ingesta de calcio, yodo, hierro y vitamina D, ayudan y reducen malestares en general. Revisa qué comes y toma algún suplemento natural ya que cada vez los alimentos son más pobres, contaminados y son menos nutritivos.

*Ojo a partir de la semana 38 de gestación hay que dejar los suplementos de magnesio, pues el cuerpo debe relajarse muscularmente y poder prepararse para el parto.

Espero que todo esto te sea útil, y recuerda compartir si te gusta, los blogs se alimentan de tus comentarios, ñam, ñam.

Con amor,

Gemma Guillamón.-

 

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