¿Culpa en la crianza? Pasen y lean

«Me siento culpable»

«Qué mal me siento, ojalá pudiera volver a atrás»

«Me gustaría poder hacer las cosas de otra manera»

CULPA por doquier.

¿¿TE SUENA???

En temas de crianza cuantísimas personas me han comentado acerca de lo culpables que se sienten por no haber lactado, o dormido con su bebé y haberle tenido llorando en una cuna, por decisiones que, a toro pasado, cambiarían.

La culpa no sirve para una mierda. Sabes qué SÍ sirve? Responsabilizarse.

Cuando das espacio a la culpa pones el foco en lo que tu sientes, en tu YO víctima, en tus emociones, en tus pensamientos, EN TI. Únicamente das cabida a tu ser y sus «me reconcome».

Cuando te responsabilizas pones el foco en tu bebé, en tu hija, en tus hijos, en ELLES.

Una madre (padre) capaz de responsabilizarse, AVANZA. Pide perdón, o disculpas, busca un cambio o bienestar futuro, habla, expresa, PREGUNTA y da espacio a la libre expresión y emoción de la criatura.

Qué necesitan las criaturas? Madres y padres reales, capaces de saberse vulnerables, human@s. Capaces de replantearse a sí mismos/as, de cuestionarse sus decisiones pasadas, sí, pero sobre todo, de poder centrarse en el presente. La historia pasada nos recuerda quienes fuimos, y el HOY nos brinda la oportunidad de sacar una mejor versión nuestra, una que pueda acompañar esta nueva etapa de crianza/educación con nuevas perspectivas.

La culpa, te paraliza, la responsabilidad es un trampolín a despojarse de las capas inútiles de la propia crianza, del entorno, de los dictámenes culturales entorno a la ma/paternidad que nos son, ya, inservibles.

 

Si has gritado, discúlpate. Ninguna criatura es «demasiada pequeña», es un ser vivo que merece, tenga la edad que tenga, un trato digno.

Si crees que te has equivocado, pide perdón. De esta manera le enseñas a tus criaturas que son valiosas, que todos y todas podemos cometer errores, que tenemos humildad para reconocerlos y amor para disculparnos.

La infancia es sagrada. Debemos cuidarla, mimarla y ponerla en el centro, porque es intensa, corta y fugaz. Nunca regresa. Pero no debemos guiarnos a través de los lamentos, sino con ganas de avance, de cuestionamiento, de acompañar y poder guiar a otras/otros para que no repitan lo que sentimos que fueron fallos/errores. Seamos francos, humildes, modestos, responsables.

Gemma Guillamón

La maternidad como Camino 2005-2021.

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