LOS PORTABEBÉS y (yo)

 

El uso de portabebés, para mí,  implica muchas cosas, lo vinculo a diversos temas y lo uno a cualquier tema del que me hablen. Mi amiga Laura, hace unos años, dijo en un grupo de formación de porteo que impartíamos, que siempre encuentro una vinculación entre los portabebés y el resto de la cosas, y así es 🙂

Los portabebés nos vinculan al legado de nuestras ancestras, al conocimiento de las madres que hubo antes que nosotras. Un hilo que nos une a todas en pasado, presente y futuro.

El porteo es universal, encontramos portabebés a lo largo de la historia de la humanidad, y a lo ancho de todo el planeta Tierra. El porteo está por doquier, miremos donde miremos, vayamos donde vayamos, las madres usan portabebés.

Los portabebés son una herramienta fundamental dentro del feminismo maternal, recuperar el espacio que el patriarcado nos arrebata a nosotras y a nuestrxs cachorros, estar cerca de nuestro cuerpo, fuente de alimento y placer, de calma y bienestar. Los portabebés nos unen, nos vinculan.

El uso de portabebés facilita la lactancia materna, dado que el bebé está cerca del pecho y podemos ofrecérselo rápidamente, por tiempos ilimitados, pegadito a nuestro corazón, sintiéndose envuelto y contenido. Además las posiciones verticales permiten un mejor agarre al pecho, disminuyen las grietas y otros problemas de lactancia. Portabebés y lactancia extremadamente unidos.

Los portabebés ayudan al correcto desarrollo físico de los bebés (posición fisiológica, cuclillas) favoreciendo el correcto anclaje de la articulación de la  cadera, evitando la aparición de la plagiocefalia, ayuda al tono muscular del bebé dado que con su cuerpo contraresta los movimientos de la madre etc etc.

El ritmo se lleva dentro! Nos admiramos del gran sentido del ritmo que tienen las personas negras, no olvidemos que llevan muchas generaciones criando a sus hijxs sobre sus espaldas mientras cantan todo el día ya sea en el campo, moliendo harina o en cualquier tarea, las madres cantan y bailan con sus bebés encima portabebés africanos). Muchxs científicxs (entre ellxs el Dr. Hiromi Sinya)  afirman que nuestros actos, hábitos, modifican nuestro código genético y eso se traspasa a las generaciones venideras. La vibración del cuerpo que canta y baila, se agita, se estremece con la música, esa vibración del cuerpo materno inunda el cuerpo del bebé.

Prometo seguir este seguir 🙂

Gemma Guillamón.-

 

 

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