¿Has planeado unas vacaciones de verano en familia con criaturas de diferentes edades?
Ya sea que tengas hijos e hijas con edades dispares (familia numerosa?? XD) o que estés formando una familia «rejuntada» con varios peques, las vacaciones pueden ser un desafío emocionante y gratificante… y muy loco jijiji (seamos sinceras).
¿Cómo puedes asegurarte de que todos y todas disfruten al máximo y que las actividades sean adecuadas para todas las edades? En este artículo, exploraremos las ventajas de elegir destinos naturales para tus vacaciones familiares y cómo la naturaleza puede proporcionar un espacio de juego, aprendizaje y conexión para todos/as, sin importar la edad ni el género.
Un Mundo de posibilidades en la naturaleza:
Cuando optamos por pasar nuestras vacaciones en la naturaleza, abrimos las puertas a un mundo lleno de oportunidades para la diversión y el descubrimiento. Ya sea que tengas bebés curiosos, niñas en edad escolar o adolescentes que buscan aventuras emocionantes, la naturaleza tiene algo que ofrecer a cada uno. Desde caminatas por senderos pintorescos hasta la emoción de buscar tesoros escondidos, la naturaleza se convierte en el escenario perfecto para explorar, aprender y disfrutar juntos.
Los más pequeños/as pueden deleitarse con la sensación de la hierba bajo sus pies o el contacto con la arena en la playa, sentir las texturas, olores y mundo sensorial que ofrece la madre tierra (además porteando llegamos a cualquier rincón), mientras que los adolescentes pueden emocionarse con la perspectiva de escalar rocas o hacer senderismo más desafiante. En la naturaleza, cada edad encuentra su propia manera de involucrarse, lo que crea una experiencia compartida rica en aprendizaje y momentos memorables.
Igualdad y coeducación en la naturaleza:
La naturaleza es un espacio en el que el género no tiene cabida. No importa si eres niño o niña, adolescente o adulto, todos tienen la oportunidad de participar en las mismas actividades y explorar sin restricciones. Trepar árboles, saltar charcos, recolectar hojas o rastrear huellas de animales son actividades que no conocen fronteras de género. En este entorno igualitario, todos pueden aprender de todos y experimentar la emoción de descubrir el mundo natural juntos.
Además de derribar las barreras de género, la naturaleza también promueve la coeducación. Los niños pueden compartir sus descubrimientos con los adultos y viceversa. Los adolescentes pueden liderar una expedición de exploración, mientras que los más pequeños pueden aportar su curiosidad innata. Esto fomenta un ambiente de respeto mutuo y aprendizaje constante, donde cada individuo se convierte en un maestro y un alumno a la vez.
Beneficios integrales:
La naturaleza no solo es un lugar para la diversión, sino que también ofrece beneficios significativos para la mente y el cuerpo de todos los miembros de la familia. El aire fresco y la luz solar fomentan la salud física y mental, mejorando el estado de ánimo y reduciendo el estrés. Las actividades al aire libre promueven la creatividad, la resolución de problemas y la colaboración, fortaleciendo los lazos familiares a medida que trabajan juntos en nuevas situaciones.
Además, la naturaleza proporciona un espacio de tranquilidad que permite a todos relajarse, desconectar de las pantallas y disfrutar de momentos de calma y conexión. El sonido del viento en los árboles y el susurro del agua tienen un efecto relajante en todos, independientemente de su edad. Esta pausa en el ajetreo de la vida diaria brinda a cada miembro de la familia la oportunidad de recargar energías y rejuvenecer el espíritu.
Tiempo en familia sin fronteras de edad:
Las vacaciones en la naturaleza son una oportunidad excepcional para que las familias mezcladas o con hijos/as de diferentes edades se conecten y compartan experiencias únicas. Desde construir castillos de arena en la playa hasta explorar senderos montañosos, todos pueden participar y contribuir según sus capacidades y preferencias.
Las actividades como hacer picnics, recolectar piedras, palos o piñas, bañarse en ríos y lagos, colgar hamacas o simplemente relajarse bajo la sombra de un árbol (incluso leer, fotografiar flores) permiten que cada miembro de la familia disfrute de la compañía del otro en un ambiente relajado y natural. Los niños y niñas pueden enseñar a los adultos sobre la emoción de descubrir un rincón escondido, mientras que los adultos pueden compartir historias que enriquezcan la experiencia de los más jóvenes. La diversidad de edades enriquece la aventura y crea recuerdos compartidos que perdurarán a lo largo del tiempo.
Como familia que valora la crianza en la naturaleza, hemos experimentado de primera mano los innumerables beneficios que ofrece desde hace más de 18 años. Elegir destinos naturales para nuestras vacaciones nos ha brindado momentos de alegría, aprendizaje y conexión, y sí mucha locura porque viajar con peques desde bebés hasta que tenemos varios hijos siempre es muy intenso pero solo dura unos años, porque crecen… así que a disfrutar!!!!
En un mundo donde el género no importa y las edades se vuelven irrelevantes, la naturaleza se convierte en un escenario perfecto para que todos puedan jugar, explorar y crecer juntos.
Así que la próxima vez que planifiques unas vacaciones en familia, considera la opción de sumergirte en la belleza y la diversión que la naturaleza tiene para ofrecer. ¡Te garantizo que será una experiencia que todos recordarán con cariño! Ya sea construyendo castillos de arena o subiendo montañas, en la naturaleza encontramos un terreno de igualdad, aprendizaje y felicidad que enriquecerá las vidas de cada miembro de la familia, sin importar su edad o género.
Gemma Guillamón.
Madre, doula, asesora de LM, cuidadora de bebés a tiempo parcial y porteóloga profesional.
Desde 2005 investigo el porteo como herramienta promotora de salud y desde 2007 vivo dedicada en cuerpo y alma a dar talleres, conferencias y formaciones llevando la Maternidad consciente a cualquier rincón del mundo.
Me lees en www.porteonatural.com/blog, en instagram y en you tube.
ABRAZO!