UNA MIRADA HACIA LOS ÁRBOLES, replanteando la crianza de humanos

Hace pocas horas, en plena fase #premenstrual y efervescente cocorota humeante de ideas y sentires, escribí esto en mi instagram:

Árboles  de la ciudad_matrix

Seres enchufados a un subsuelo contaminado,

desconectados de su comunidad arbórea,

nacidos de la mano del hombre usurpador de tejido enraizado,

hijos bastardos de Gaia.

Seres autómatas elevándose enfermizos

por un impulso de vida robótico.

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Y es que los árboles, así como los seres humanos, necesitan vivir en comunidad. Necesitan de un tejido comunitario para sobrevivir, y sobretodo para vivir de forma sana y «feliz». En nuestro mundito de maternidad consciente y crianza respetuosa solemos poner, con mucha frecuencia, en el puntito de mira a las tribus y las comunidades indígenas. Bebemos de sus formas de maternar y criar tan conectadas a las necesidades reales de los bebés y cachorros, tratamos de emular su red de mujeres con foros/blogs/espacios 2.0, pues necesitamos de la «otra» para maternar. Ya suelen decir que para criar se necesita  una tribu entera… y los árboles son seres vivos que nos rodean y nos brindan un claro ejemplo de ello.

Los árboles se unen entre ellos enrredando su raíces, a través de hongos en las puntas de las raíces se pasan alimento, azúcares… se ayudan cuando uno está enfermo o debilitado. Un árbol solo es un árbol enfermo, delgado, no abre sus copas/hojas/suverdor en la misma medida que lo haría unido a su comunidad.

Y lo mismo nos pasa a los seres humanos, necesitamos de la conexión con los demás para subsistir, sobrevivir en un sociedad solitaria, enferma, debilitada. ¿Nn os pasa que cuando veníis de estar con un grupo de mamás/mujeres llegáis a casa endorfinadas, felices, radiantes, pletóricas?, ¿No os pasa que cuando el Ser humano tiene un gesto de amabilidad, civismo, humildad, entrega, buenismo, sonréis hasta la médula? Yo sí, y lloro, y río, y siento que necesito a mi comunidad conectada, entregada hasta las tripas, abierta desde el corazón, en armonía fluyendo… y en ésta fase #premen de este ciclo he llorado mucho, muchísimo. Por mí, por ellas, por todas.

*Sé que en esta fase hablo/escribo raro y quizás no se entienda nadaa de lo que digo :S

Con esto quiero decir que:

  1. Necesitamos aprender más de los árboles y de su ayuda mutua, de su fluir constante con la Naturaleza, siendo parte ella, siendo un TODO.
  2. Los árboles se ayudan, se respetan, se cuidan. Entienden que cada miembro es importante en la comunidad, algo que nuestra civilización avanzada y tecnológica no entiende. Nosotros destruimos, bombardeamos, nos miramos el ombligo, soltamos alguna lágrima de pena de vez en cuando, y seguimos destruyendo, pisoteando y siendo maquiavélicamente egoístas.
  3. Debemos pasar más tiempo en el bosque, el campo, las montañas. Para sanar, para entender, para abrir los ojos de verdad de una vez!
  4. Tenemos que criar más cerca de la naturaleza, en la medida de los posible, pues es entre el verde que nos calmamos, nos miramos hacia dentro, re-conectamos, y sobretodo, nuestros hijos aprenden muchos valores de cuidado/mimo/amor.

Os dejo aquí un par de posts sobre #crianzaenlanaturaleza

La naturaleza como espacio vital

Educar en la naturaleza, ¿es necesario?

Recomendaciones bibliográficas:

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