QUIÉRETE, mucho, mucho mamá!

QUIÉRETE!!!!!!!!!!! Mujer!!!!!

Puaj! estoy cansada de frases buenrollistas y motivadoras, me harta tanta purpurina 2.0 y consejos por doquier… en serio?, ¿me cansan o es que apenas soy capaz de verme como quiero?, es decir, de quererme como sé que debería hacerlo. Pues sí, es eso, sin más.

Las que me leéis sabéis cuán importante es para mí alejarme de las excusas, cuán fundamental es tomar consciencia de qué pienso y siento realmente. Y aquí estoy tratando de sentirme con cada poro.

Instagram es una fuente inagotable de impactos visuales, recomendaciones, ideas y consejos. Cargadito de healthylife, eatclean & naturalfood, be yourself, love your body, etc, etc, etc.

Trato cada día de quererme más, y eso, por un lado, implica aceptarme por fuera y mejorarme por dentro, cuidarme en ambas direcciones «mente sana in corpore sano» como ya rezaban antaño. Revisar mi autoestima, tomar conciencia de dónde estoy, cómo y qué quiero cambiar. Para ese tránsito es cierto que las redes sociales junto a los libros me aportan ideas, conocimientos, nuevas perspectivas… pero

sin caer  en las obsesiones, pautas y rutinas, dietas marcadas, horarios, «haz esto/haz aquello», pues deseo seguir siendo libre, libre para:

sentir las necesidades reales de mi cuerpo,

notar qué me va bien y qué no (a nivel de alimentación, digestión, ciclo menstrual, alteraciones del sueño…),

fluir con mis emociones, respetándolas,

escucharme atentamente sin influencias externas.

Y eso sólo lo consigo si no sigo las pautas externas, pero sí mis propias reglas… ahora que están tan de moda las camisetas «my rules» 😛

Lo bueno de ser mujer, y por ende tener un ciclo menstrual es que cuando llego a la fase ovulatoria me encanta el traje de mujer, el rol femenino (el cual estalla en su máximo esplendor aquí), las tareas de cuidado, y cuidarme, cuidarme y mimarme mucho. Cremas, exfoliantes y mascarillas, alimentos súper sanotes y cargaditos de vitaminas…

PERO, no olvido que este rol femenino trae consigo unas etiquetas limitantes, frustantes y tóxicas. Se espera de las mujeres que seamos GUAPAS, que estemos buenas, con una linda sonrisa, un carácter sumiso-entregado, y no más listas que un hombre, jamás de los jamases!

Tener éxito profesional, pero poco, ganarte tu propio dinero, pero menos (o sea, poco y menos que ELLOS).

Ser la madre abnegada, buena y perfecta, la encarnación de la madre de los años  50 con sus delantales impolutos y el pan recién horneado.

Joven, guapa y delgada, always & forever!

Y es que el traje de mujer que nos vende la sociedad patriarcal, simplemente, apesta, huele a rancio y castrador, como el cinturón del abuelo que apremiaba por corregirte! Y eso, prácticamente todas, ya lo sabemos, no os digo nada nuevo… pero más allá del cuerpo bonito, más allá de los hashtags y el márqueting, más allá de los likes, followers y las cuotas de venta, más allá ESTOY YO, tú, nosotras.

La mujer con la que lidio cada día, a la que sostengo cuando siente desvanecerse, a la que abrazo fuerte cuando se derrumba, a la que las emociones la desbordan hondo y profundo, a la que es tan sensible que lleva más capas que una cebolla y más gruesas que la piel de foca.

Así que, muchas, tratamos de coser  nuestro propio traje de mujer, nuestra propia y única feminidad. Feminidad suena a femenino, a rimmel, a vestidos…mmm, para mí no…

Mi feminidad es:

Conocer mi ciclo menstrual, fluir con él y respetarlo.

Ampliar mis conocimientos de plantas, medicina alternativa, cocina de antaño y cocina sencilla (y natural, verde, eco, energética, usando elementos de madera, bambú…), recuperar tradiciones femeninas.

Deporte. Mucho, muchísimo.

Liberar, cada año un poco más, mi sexualidad.

y… la lista es muy larga, pero ¿qué significa para ti FEMINIDAD? Es una de las preguntas más simples que me he hecho y de las que más me han ayudado a vomitar en cascada ideas, sentires, pensamientos, emociones, traumas, juicios, prejucios y posjuicios, así como el Acuarius.

«Soy femenina cuando saco la guerrera y luchadora que hay dentro de mí. Sin miedos. Cuando siento que puedo comerme el mundo, y no al revés»

Tips que me ayudan a SER más yo, a quererme pelín más y conectar con mi propia feminidad:

1. La naturaleza, pasar tiempo inmersa en el verde, perdida entre montañas. La naturaleza es la Madre sabia y atenta que cuida de todos, la madre que da y quita, la que premia y castiga, la que abraza, entrega sin medida… es todo lo que somos, parte de la naturaleza.

Cuando nos dejamos querer por los elementos naturales algo cambia en nosotros, respiramos mejor, nos sentimos más alegres y liberamos tensiones. Un simple paseo por un parque con árboles y VOILÀ, una mujer nueva 🙂

*Importante en la crianza estar cerca de la naturaleza, en ella ves como los peques abren sus alas, como fluyen en libertad y sus aprendizajes son autónomos, ricos…

2. Hacer deporte. Generamos endorfinas, sacudimos nuestra mente, nos limpiamos, sudamos… es gratis y tiene tanto beneficios y están ya tan demostrados que no diré nada más jeje 🙂 JUST MOVE!!!! lalalala

3. Revisar la alimentación cada X tiempo. Las que me conocéis sabéis que soy muy de extremos, muy de probar, de tirarme de cabeza cuando algo me llama la atención y entregarme al máximo cuando algo me remueve. He pasado por fases, etapas y crisis varias. A día de hoy trato de evitar los azúcares/harinas refinados (en premenstrual me doy caprichos, perooooo como cuando más te conoces, cíclicamente hablando, más cambios haces, ya no vivo en premeatracones y doy más prioridad al chocolate negro :), bebo mucho agua, las verduras, proteinas, cereales integrales, e intentando que la mayor parte sea ecológico y de proximidad. Cuando se puede!!!! 😉

4. Ser sincera conmigo. Parece obvio, pero no lo somos. Vivimos tanto en el afuera, en agradar a los demás, en poner excusas para los demás, en las hipocresías hacia los demás, que nos las creemos. Y nos mentimos mucho, demasiado. Suelo decir, medio en broma, que nunca enfermo por que me sincero conmigo misma en TODO. NO hay excusas de «no tengo tiempo», «no puedo», «no tengo dinero», etc, etc, me miro bien fijamente al espejo y me digo «venga suéltalo» y así con cualquier tema. Me parece muy importante este punto.

 

Es decisivo y clave que como mujeres  nos queramos, y más siendo madres, pues nuestr@s hij@s  ven/oyen/observan/aprenden de nuestros actos, las frases que decimos «no me gusto», «estoy gorda» etc, por ello, es trascendental que seamos un buen ejemplo, en la medida de lo posible, ser conscientes de que debemos ir avanzando cada día/mes/año un poco más, mejorarnos, revisarnos, analizarnos y tomar decisiones maduras, firmes, concretas. Los cambios no son de hoy para mañana (pues esos no perduran), son pequeños y sutiles, pero de apoco nos muestran, viendo en retrospectiva ,todo el camino que hemos avanzado.

«El cambio lo generas tú. Viene de la motivación INTERNA»

 

Y hasta aquí os doy la tabarra hoy, jeje, gracias por leerme 🙂

Gemma Guillamón, trimadre de guerrer@s.-

 

Si quieres saber más:

Una vida sin excusas 

Deporte consciente para madres modernas

Instagram @mum_fitness

Quererme más y mejor

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